¿Qué clase de país necesita una ley para la Memoria?
   En 1931 la II República fue establecida por decisión popular en España.

   De 1931 a 1933 el Gobierno Republicano intentó conducir a España al siglo XX. Para ello, se decretó la separación de poderes entre Iglesia y Estado y se proclamó la libertad de culto. Se reformó el ejercito, se elaboró un plan de reforma agraria, se diseñó un nuevo modelo de educación pública  y se apostó internacionalmente por una política de paz. Tanto en su Constitución como en sus leyes, la II República abrió el camino hacia el reconocimiento de la libertad individual y el derecho a una educación y cultura avanzadas. Se pretendía así enraizar un sistema basado en la democracia moderna, por aquel entonces estandarte del pueblo americano.

   Pero la España del XVI -la aristocracia terrateniente, el ejército y el alto clero-, salió en defensa de sus privilegios feudales. La República se enfrentó así al descrédito y la cizaña política, al sabotaje agrícola e industrial e incluso a asaltos armados. Se organizaron actos terroristas y se castró la tan necesaria ley de reforma agraria. Quizá gracias a esto, lograron retomar el poder durante un tiempo pero cuando en  Febrero de 1936 fueron relegados de nuevo por decisión popular, empezaron a plantearse la rebelión armada. El alzamiento militar tuvo lugar el 18 de julio de 1936.




- Cómo contaros qué fue aquello. Han pasado muchos años, era otra época. Después mucha sangre y mucha mierda. Mucha tierra. España se convirtió en el desierto que enterraría nuestras vidas. En olvido. En pasado.

- ¿Cómo podíamos imaginar entonces siquiera, que el país por el que luchamos, iba a necesitar una ley para la memoria? Para su memoria.
¡¿Qué clase de país necesita una ley para la memoria?!

- Por aquél entonces la ilusión era nuestro caballo de batalla y juntos creíamos, no que íbamos a cambiar el mundo pero sí, que podíamos arremangarnos las camisas para mejorar la vida de aquél que teníamos más cerca.

- Mejorar la vida de aquél a quien no nos habíamos atrevido a mirar hasta entonces. Mejorar la vida de quien no era nosotros. Lo creíamos de verdad.

- Fuimos donde nunca antes se había representado teatro. Gritando:

¿Decidme, quién mató al Comendador?
¡Fuenteovejunova, señor!
¡Fuenteovejuna!*

- El eterno problema de España es éste: se combate a la Institución Libre de Enseñanza, a la Junta de Ampliación de Estudios, en este caso a las Misiones Pedagógicas, y nunca tienen algo con qué poner de manifiesto ante el país la eficacia de ninguna otra obra…

- ...Del año último a éste han bajado el presupuesto de las misiones de 800.000 pesetas a 400.000, y que al próximo golpe desaparecerán... Por lo visto, llevar a campos y aldeas cultura es un pecado mortal...

- Proyectamos una película documental breve, de un rollo, con tema de mar, en la que se desarrollaba una tormenta imponente. Había un naufragio, un barco en peligro. Una pobre mujer empezó a llorar allí y le dio un ataque de histeria terrible. Hubo que suspender la proyección. Cuando aquella mujer volvió en sí nos contó que un hijo suyo había ido a América. Para ella hasta aquel momento el mar no era más que una palabra y, de pronto, cuando lo había visto, creía que el hijo estaba pasando aquel naufragio.

- El teatro estudiantil de las Misiones era una farándula ambulante, sobria de decorados y ropajes, saludable de aire libre, primitiva y jovial de repertorio.

- Pero hay lugares donde la actuación puramente espiritual es palabra vana, adorno montado al aire.

- En el otoño de 1934 fuimos a San Martín de Castañeda, Zamora. Sentimos con desolación la miseria «de largos años sin esperanza» de sus trescientos habitantes.

-Y una cincuentena de estudiantes, sanos y alegres, que llegan con su carga de romances, cantares y comedias. Generosa carga, es cierto, pero ¡qué pobre allí! El choque inesperado con aquella realidad brutal nos sobrecogió dolorosamente a todos. Necesitaban pan, necesitaban medicinas, necesitaban los apoyos primarios de una vida insostenible con sus propias fuerzas... y sólo canciones y poemas llevábamos en el zurrón misional aquel día.

- Volvimos a Madrid y propusimos al Patronato otro tipo de misión, y con entusiasmo y también dirigidos por Casona regresamos a San Martín de Castañeda el 5 de octubre de 1934. Entre los estudiantes que participan están Carlos Rivera de la Facultad de Agricultura; Germán Somolinos, de Medicina; Luis Santabárbara, de Arquitectura y Natalia Utray... Nuestra Natacha.

- Limpiamos y pintamos la escuela, repusimos los cristales, instalamos nuevo mobiliario escolar y acondicionamos la cocina. Nos servimos del comedor para entre otras cosas introducir una dieta que ayudara a combatir el bocio.

- Cumplimos íntegramente nuestro programa de propósitos dejando, junto a la obra material iniciada, una huella moral mucho más honda y perdurable, que no podemos reducir a cifras ni inventario pero, de la que nos dieron plena seguridad las manos amigas, las palabras fervientes de gratitud, la emoción y el cariño que rodearon nuestra despedida.

“Pues advertid, hermano, que yo no tengo “Don” ni en todo mi linaje lo ha habido. Sancho Panza soy a secas, y Sancho fue mi padre, y Sancho mi abuelo; y todos fueron Panzas, a mucha honra, sin añadiduras de dones ni de doñas. De casta de labradores vengo y nunca me avergonzaré de ello; que este es consejo que me dio mi señor Don Quijote. Y el que tiene corta la pierna no necesita larga la sábana. Nadie se precie de su cuna, que la sangre se hereda, pero la virtud hay que conquistarla; y la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale. Y más que, mientras dormimos, todos somos iguales: los ricos y los pobres, los mayores y los menores. Y después de muertos, el labrador y el obispo caben en un palmo de tierra. Con que, cepos quedos; que el hábito no hace al monje; y debajo de una mala capa puede haber un buen bebedor... ¡Y no digo más!” **

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                                * Lope de Vega - Fuenteovejuna                                 
                                ** Miguel de Cervantes - El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha 
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NUESTRA NATACHA de Alejandro Casona
Estreno MosaicoMercurio 11 de Marzo. 19.00hr. C.C. Buenavista. Madrid.
Entrada libre hasta completar el aforo. 

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“El régimen se instauró sin causar víctimas ni daños. Una alegría desbordante inundó el país. La República venía realmente a dar forma a las aspiraciones que desde los comienzos del siglo trabajaban el espíritu público, a satisfacer las exigencias más urgentes del pueblo.
 
La sociedad española ofrecía los contrastes más violentos. En ciertos núcleos urbanos, un nivel de vida alto, adaptado a todos los usos de la civilización contemporánea, y a los pocos kilómetros, aldeas que aparecen detenidas en el siglo XIX. Casi a la vista de los palacios de Madrid, los albergues miserables de la montaña.
 
Provincias del noroeste donde la tierra está desmenuzada en pedacitos, que no bastan para mantener al cultivador; provincias del sur y oeste donde el propietario de 14.000 hectáreas detenta en una sola mano todo el territorio de un pueblo.
 
La República, como era su deber, acentuó la acción del estado. Acción inaplazable en cuanto a los obreros campesinos. El paro que afectaba a todas las industrias españolas era enorme, crónico, en la explotación de la tierra. Cuantos conocen algo de la economía española saben que la explotación lucrativa de las grandes propiedades rurales se basaba en los jornales mínimos y en el paro periódico durante cuatro o cinco meses al año, en los cuales el bracero campesino no trabaja ni come. Con socialistas ni sin socialistas, ningún régimen que atienda al deber de procurar a sus súbditos unas condiciones de vida medianamente humanas, podía dejar las cosas en la situación en que las halló la República”.

 Causas de la guerra de España.
MANUEL AZAÑA (Presidente de la II República).1939.


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-Documentación adicional: "El secreto de Nuestra Natacha" 
Conferencia de Alejandro Casona en la Universidad de Puerto Rico. 
(1938)

* MosaicoMercurio quiere agradecer especialmente la colaboración, apoyo y afecto de Jorge Fabra Utray en este proyecto. Su conocimiento y generosidad han hecho del proceso una sorpresa llena de emoción y respeto a cada paso. Gracias.